La Universidad de Girona adapta los grados a más de cien estudiantes con discapacidad

Acn/Ddg 07.04.2019 | 23:14

La Universitat de Girona (UdG) cuenta este curso con 110 alumnos que tienen algún tipo de discapacidad.

Uno de ellos es Isaac Pedrós, que estudia Ciencias Políticas y es invidente. Aun así, decidió ir a la universidad porque los médicos le recomendaron seguir estudiando para «estimular y canalizar la energía en positivo». Sigue las clases «con total normalidad», a pesar de que matiza que lo hace «de una forma diferente a lo habitual».

En su caso, necesita que todo el material que los profesores usen sea accesible. Esto quiere decir que tienen que ser presentaciones y documentos preparados porque cuando Isaac los abre, el ordenador le haga una descripción auditiva de todo el que ha escrito. Además, pide que le pasen todo el material antes y así él lo puede revisar antes de ir a clase. Una vez allá ya sabe de qué se hablará y se puede concentrar en tomar apuntes.

«Practicas mucho la escucha activa», especifica Isaac, «porque pones mucha atención en aquello que dice el profesor». Además, este alumno asegura que a través de esta escucha activa es capaz de ver qué aspectos son los más importantes para cada profesor. «Las personas repiten muchas veces aquello que creen que es muy importante y esto te hace entender mejor las cosas», afirma el estudiante. Durante la clase también graba las lecciones y así, una vez en casa, las puede repasar.

110 alumnos con discapacidad en la UdG

Como Isaac, hay 109 alumnos más en la Universitat de Girona. Son personas con alguna discapacidad pero que esto no les ha impedido poder estudiar una carrera universitaria. La Técnica de Inclusión del área de “Compromís Social” de la Universidad, Montse Castro, explica que ellos son los encargados de «hacer de puente» entre los alumnos y los profesores. De este modo garantizan que todos los estudiantes tienen «acceso a la información». Castro asegura que garantizar ello no quiere decir bajar el nivel de los estudios, puesto que «cuando acaben la carrera tendrán que tener las mismas competencias que otra persona y tendrán que ser igual de buenos profesionales».

Cuando un alumno con discapacidad se quiere matricular a la UdG, el área de Compromís Social realiza una entrevista con el estudiante para saber qué quiere hacer, y estudiar qué solución pueden encontrar. Después de este primer encuentro realizan «un informe con todas las necesidades» y lo pasan al claustro de profesores, para que estos adapten las clases.

La técnica de inclusión afirma que, a veces, los profesores «se asustan cuando les hablas de accesibilidad», porque creen que no podrán dar clase con normalidad, pero una vez empieza el curso se dan cuenta que «pueden seguir enseñando como hacían antes». Montse Castro, afirma que a cada curso hay más personas con discapacidad que deciden apuntarse en la universidad y que, dentro del colectivo, cada vez hay más personas con déficit de atención o con dislexia.

Asociación “Multicapacitats”

Los estudiantes con discapacidad de la UdG han decidido organizarse en una asociación que lleva por nombre “Multicapacitats”. Isaac es el presidente y explica que tienen dos objetivos.

Por un lado, «hacer visible nuestra situación» y para conseguirlo, no solo hay que estudiar, sino que también hay que «organizar actividades de ocio y deportivas». De hecho, ya han organizado salidas a la nieve, competiciones de ajedrez o excursiones con kayak.

Por otro lado, también luchan «por los derechos de las personas con discapacidad». De hecho, cuando Isaac acabe la carrera, asegura que quiere trabajar para «conocer los derechos» del colectivo de discapacidades y reivindicar su inserción dentro de la sociedad.