Gestionar un hogar inteligente

La domótica

Para algunos, las capacidades del hogar inteligente no son simplemente una novedad. Para personas con discapacidades, un sistema de automatización del hogar se considera una tecnología de asistencia esencial que les ayuda a realizar tareas y funciones cotidianas. La domótica ha pasado en poco tiempo de ser prácticamente desconocida e inaccesible para la mayoría de los ciudadanos, a formar parte de nuestra vida diaria. Las casas inteligentes, además de gestionar eficientemente la energía, mejoran el confort y aportan seguridad a la vivienda. Si de manera general la domótica ayuda a las personas a hacer su vida más confortable, en el caso de las personas con discapacidad motriz o sensorial puede ayudarles a superar barreras gracias a la automatización de diferentes elementos, permitiendo que sean manejados a través de la interfaz de usuario adecuada a cada discapacidad.

El hogar digital abre nuevas posibilidades para las personas discapacitadas, ya que pone en su mano la opción de gestionar la vivienda de manera independiente, lo que contribuye enormemente a la mejora de su calidad de vida y a su autonomía personal.

A través de un mando a distancia, es posible abrir puertas y ventanas, controlar la temperatura, las luces, e incluso manejar una grúa de transporte. Todas estas posibilidades permiten la disminución del grado de dependencia. Existen varios medios de control de los elementos domóticos, desde el control remoto hasta el reconocimiento de órdenes por voz, por soplidos o por pestañeo. Estos sistemas de control permiten además mandar avisos y alarmas en caso de emergencia.

La inversión que debe realizarse para acondicionar una vivienda domótica es alta. Hay que tener en cuenta que este tipo de proyectos deben ser siempre personalizados y diseñados a medida. Por otro lado, el tamaño de la vivienda y el número de elementos que se tengan que controlar automáticamente eleva el precio. Es difícil de calcular exactamente cuánto puede suponer “domotizar” por completo una casa, pero incluyendo control de luces, persianas, ventanas, timbre, puerta de entrada, aire acondicionado, calefacción y alarmas técnicas, estaríamos hablando de unos 10.000 euros. Por esta razón, desde que comenzara a implantarse la domótica en hogares para discapacitados, son muchas las empresas especializadas que tratan de reducir costes buscando soluciones adecuadas a la discapacidad de cada persona. Para ello es necesario conocer con detalle cuáles son los principales problemas y barreras a los que se enfrentan, proponiendo formas para ayudarles a superarlos

Subvenciones para adaptación de viviendas

El Ayuntamiento de Barcelona, mediante el Instituto Municipal de Personas con Discapacidad (IMPD), ha publicado el programa de subvenciones “Mi Hogar” para impulsar la mejora de la accesibilidad física y comunicativa de las viviendas donde viven personas con discapacidad y/o movilidad reducida de la ciudad.

Mi Hogar” es la primera convocatoria de subvenciones que el Consistorio pone en marcha para fomentar la realización de actuaciones de adaptación de las viviendas para facilitar que las personas con discapacidad puedan vivir de forma segura y autónoma en sus domicilios, mejorando su calidad de vida y promoviendo sus proyectos de vida independiente. Estas actuaciones van dirigidas a eliminar barreras arquitectónicas, aumentar la seguridad del entorno doméstico e incorporar elementos domóticos y de accesibilidad comunicativa, entre otros.

También el Ayuntamiento de Madrid subvenciona, a través del “Plan Adapta”, ayudas económicas destinadas a fomentar la realización de actuaciones de adaptación de las viviendas en donde residan personas con movilidad reducida o discapacidad sensorial, para la mejora de su calidad de vida mediante la eliminación de barreras arquitectónicas y la mejora de su autonomía, con el fin de facilitar la movilidad interior o aumentar la seguridad en el entorno doméstico.

Objeto de subvención

Lo son:

Adaptación del cuarto de baño, la cocina, adecuación de puertas o pasillos para permitir el paso, modificación de paredes divisorias, instalación/adaptación de elementos de mejora de la accesibilidad como grúas de techo, plataformas, instalación/adaptación de barras, pasamanos, salva escaleras, rampas interiores y otros elementos de ayuda para la movilidad, adecuación de pavimentos para limitar riesgo de resbalamiento.

También, la instalación de domótica, sistemas de control de entorno y tecnologías del hogar digital que contribuyan justificadamente a favorecer la autonomía personal de personas con discapacidad, sistemas de aviso y señalización en la vivienda, instalación/adaptación de la ubicación de los enchufes, pulsadores, sistemas de iluminación, así como el cambio de altura/ubicación de porteros electrónicos o videoporteros y obras auxiliares que sean precisas realizar como consecuencia exclusivamente de la actuación subvencionada, tales como pintura, carpintería, albañilería entre otras.

Estamos en los albores de un progresivo cambio en la mejora de calidad de vida de las personas con discapacidades, un incipiente comienzo de objetivos que requiere de una intencionalidad política constante y progresiva y una concienciación de la sociedad del derecho universal de inclusión de todas las personas, sea cual sea su estado físico o mental.