LA TECNOLOGÍA DE LA COMUNICACIÓN – UNA HERRAMIENTA SOLIDARIA CON AUXILIA
LA TECNOLOGÍA DE LA COMUNICACIÓN – UNA HERRAMIENTA SOLIDARIA CON AUXILIA
La tecnología de la comunicación y los adelantos que ello comporta, hacen que cada día sea más asequible y fácil la relación entre las personas. Ya no tienen predominio los medios telefónicos donde una voz al otro lado de la línea – quizás a miles de kilómetros de distancia- nos hace próxima, o nos lo parece, la persona lejana.
Las actuales plataformas de comunicación han avanzado tanto que ahora nos permiten, y lo hacemos de una forma usual, tener una relación directa y sobre todo visual con la persona con la que queremos comunicarnos. Varias plataformas gratuitas nos lo facilitan, hecho que ha comportado una extensión rápida de esta metodología. En Auxilia la consideramos como una herramienta «solidaria».
No tan solo en el mundo de las relaciones personales creemos que es una gran herramienta, sino también el mundo laboral. Hoy en día es usual el que, por motivos profesionales y desarrollando nuestro trabajo habitual, nos comuniquemos con personas situadas en el otro hemisferio del mundo. Y no importa que “aquí” sean las nueve por la mañana y “allá” las diez de la noche. Somos capaces de adaptarnos al variopinto horario si la finalidad es hacer el trabajo laboral más eficaz. ¡Cuántos desplazamientos de sus trabajadores no se ahorran muchas empresas con este sistema de comunicación!
La pasada pandemia potenció el sistema de trabajo a domicilio al objeto de poder llevarlo a cabo sin necesidad de moverse de nuestra propia casa. Antes era un sistema poco utilizado y sin embargo, actualmente, esta metodología se practica en muchas empresas de forma habitual y consensuada con sus trabajadores.
La tecnología avanza, se pone a nuestro alcance y a buen seguro que irá cambiando, progresando, -para bien o para mal-, las formas del trabajo.
La Enseñanza a Distancia de Auxilia. Un paso adelante
Los orígenes de Auxilia se basan en este hecho: Auxilia nació con el propósito de formar, enseñar a aquellas personas que, debido a su discapacidad física y falta de movilidad, no podían desplazarse a un centro de formación, escuela, instituto o universidad y por lo tanto perdían la oportunidad de aprender y prepararse intelectualmente con el objetivo de poder un día ocupar un puesto de trabajo adecuado a su situación personal y a sus capacidades, consolidarse un futuro y, sobre todo, sentirse una persona plenamente útil e inserida en la sociedad. En definitiva: realizarse.
Con el paso de los años, la forma, la “técnica” para llevar a cabo esta enseñanza ha ido variando. Y lo ha hecho precisamente porque han nacido nuevas herramientas de comunicación y relación que han permitido y facilitado que el aprendizaje formativo sea más fácil, próximo, asequible.
Que lejos quedan aquellos tiempos en los que para aprender un idioma, había que enviar al alumno (persona con discapacidad) y utilizando el correo postal, un libro de estudio, unas lecciones, una cassette, un disquete, un aparato para reproducir. Parece extraño que hablemos de esto de una forma ancestral puesto que, no hace tantos años, era para las personas con discapacidades físicas, con problemas de desplazamiento o carencia de escuelas adaptadas próximas al lugar habitual de residencia, el medio normal de estudiar desde su propio domicilio o desde su centro residencial.
Afortunadamente, hemos entrado en un espacio mucho mas avanzado. Profesorado y alumnado se comunican utilizando plataformas específicas -videoconferencias- donde la comunicación verbal, y sobre todo visual, permiten una relación personal mucho más cercana.
Un aspecto muy importante que considerar
Hay un factor importante, un factor sin el cual la tecnología no puede luchar. Se trata de la voluntad de “comunicación”. Una necesaria predisposición del “yo” poder transmitir a “la otra persona”,- la situada al otro lado – lo que le queremos escuchar, decir, pedir o agradecer. Y esto depende de las voluntades de ambas personas que se comunican. Podemos disponer de los mejores medios a nuestro alcance, pero es imprescindible tener una voluntad y un espíritu positivo para conseguir que la enseñanza a distancia sea eficaz. Este aspecto que planteamos es vital en la enseñanza a distancia. De no ser así, todo serán palabras lanzadas al aire, vacías de contenido, si no hay quién las recoja con interés.
Y esto se aplicable tanto a las personas que ejercen voluntariamente como profesorado (“querer enseñar”) como por las que forman el alumnado, que ha tener evidentemente la firme decisión de (“querer aprender”) aquella asignatura o temática que estudia. Alumnado y profesorado. Profesorado y alumnado. Ponedlo en el orden que queráis, pero ambos son necesarios e imprescindibles. Y aquí podríamos añadir algunas virtudes más cómo son la constancia, la dedicación y el interés.
Voluntad, ingenio y organización
Además del estudio individual que puede hacer cada persona, cabe la posibilidad de hacer lo mismo de forma colectiva. Nos referimos a grupos de personas con discapacidad que viven en centros residenciales. Actualmente hay algunos de ellos que han decidido, evidentemente coordinados con la enseñanza a distancia de Auxilia, reunir a las personas que estudian estructurando con ellas un aula colectiva.
Tenemos el caso del Centro Residencial «Llar Nova» de Mataró (Barcelona) donde, con la aprobación de su dirección y la dedicación de la educadora, han programado unos días y horas en las que reúnen en una aula todas las personas que estudian. En esta aula y utilizando la videoconferencia, cuatro profesoras voluntarias de Auxilia imparten diversas asignaturas a todo el grupo.
Es una gran idea y una muy buena propuesta pues la colectividad del alumnado logra que cada uno/a de ellos/ellas se considere parte importante de la enseñanza y sienta como propio el estímulo por aprender. Ya no se trata de una sola persona sino de un colectivo que estudia una o varias asignaturas bajo la batuta del profesorado voluntario de Auxilia.
Sabemos y conocemos la abnegada dedicación de las Educadoras y Técnicas Sociales de las Residencias, muchas veces desbordadas y superadas por la propia atención a las personas residentes. Hay muchas horas durante la jornada que son difíciles de cubrir con alguna actividad que de forma positiva ayude a la persona residente, no tan solo a “ocupar” su tiempo sino a que, de forma organizada, pueda formar parte de un grupo interesado en formarse en alguna temática. Geografía, historia, música, literatura, dibujo, poesía, naturaleza, turismo, religiones, países, deporte, universo… son solo una muestra.
Un magnífico ejemplo para promover a otros centros residenciales a los que invitamos a reproducir este sistema de enseñanza. Todos los que os animéis a hacerlo sabed que, por parte de Auxilia, encontraréis todo el apoyo. Tan solo tenéis que contactar con nosotros. Estamos a vuestra disposición.
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