La brecha digital en las personas con discapacidad
Desgraciadamente hemos comprobado que, sin acceso a Internet, perdemos el acceso a derechos básicos como la escolarización o el derecho al trabajo. Cómo en otros muchos casos, la COVID-19 ha hecho más visible lo que ya existía antes de la pandemia: las desigualdades en derechos digitales. Hay personas excluidas de la sociedad porque no pueden pagar el acceso a Internet o comprar dispositivos electrónicos con el consecuente impacto que tiene en otros derechos esenciales, y sobre qué implica la digitalización en el tercer sector social.
Estamos en la era de Internet, no hay duda de ello. En estos últimos años nos hemos introducido en el mundo de las nuevas tecnologías, con ordenadores en casa y teléfonos inteligentes, que son pequeñas computadoras a nuestra disposición en nuestro bolsillo.
Internet nos abre la puerta a un mundo de información en todos los ámbitos, desde la cultura, el entretenimiento y las relaciones sociales.
Hoy el uso de Internet y las nuevas tecnologías es más relevante que nunca para estar integrado en la sociedad. Y en los últimos meses más aún, desde la aparición del coronavirus se ha puesto al mundo en un serio aprieto, hasta el punto de tener que permanecer confinados en nuestras casas. Ahora más que nunca Internet es como una tabla de salvación que nos mantiene conectados con el mundo exterior.
Desde entonces en televisión, pero también en Internet y las redes sociales estamos bombardeados con una cantidad ingente de información sobre esta pandemia.
¿Qué sería de nosotros en esta situación sin Internet que es el medio que nos conecta con nuestros amigos y familias, o con compañeros de trabajo?
Precisamente en el ámbito del trabajo, muchas empresas han recurrido al teletrabajo, es decir, a realizar la jornada de trabajo en casa por medio de instrumentos o dispositivos que nos conectan con nuestros ordenadores de la oficina. El mundo de las nuevas tecnologías posibilita que en circunstancias tan excepcionales como éstas podamos estar a la última en información y nos permite poder teletrabajar o trabajar desde casa.
Las personas con discapacidad también acceden a Internet y las nuevas tecnologías
Las personas con discapacidad no son distintas a los demás y también acceden a Internet, aunque en un porcentaje inferior a la población sin discapacidad.
El informe de Adecco sobre Discapacidad y Nuevas tecnologías explica que en el mundo de la movilidad se abren nuevas fronteras para las personas con discapacidad. Se crean vehículos inteligentes controlados remotamente, en la sanidad se pueden hacer operaciones no presenciales en tiempo real, o prótesis mucho más optimizadas gracias a la impresión 3D, y los dispositivos de vigilancia tienen mayor control y seguridad. Todo ello hará que mejore la calidad de vida de las personas con discapacidad. La tecnología inventará un futuro sin barreras, y también sin etiquetas.
Ejemplos de dispositivos que hacen que las personas con discapacidad puedan acceder al manejo de las nuevas tecnologías son teclados y joysticks, ratones virtuales, tablet gigantes, programas de interacción con la mirada, entre otros.
El 71% de los encuestados por la Fundación Adecco manifiesta que las nuevas tecnologías les permiten desempeñar mejor sus funciones laborales. Se puede contemplar así el papel relevante que juegan las Nuevas Tecnologías, las TIC, a la hora de posibilitar el trabajo de las personas con discapacidad.
¿Qué ocurre con aquellas personas que no se han subido al carro de lo digital?
Concretamente, son bastantes las personas con discapacidad que manifiestan no estar conectados a Internet y las TIC. Según la Nota OED (Observatorio estatal de la discapacidad), en su capítulo: “Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)” elaborado en colaboración con la Fundación Vodafone España, puso de manifiesto que 7 de cada 10 personas con discapacidad no utilizan Internet. Tres de cada 10 personas con discapacidad de 16 a 45 años no lo utilizan, pero este porcentaje subía hasta el 87,9 % entre los mayores de 65 años.
También se observaba que se usaba más o menos Internet según el nivel de educación. Los que solo llegaron a educación primaria, no lo utilizaban hasta en un 87%, mientras que entre los que finalizaron educación secundaria este porcentaje se situaba en el 37,9%
Entre las personas con discapacidad que usan Internet, el uso mayoritario suele ser para buscar información y enviar o recibir correos electrónicos. Eso se hace con el ordenador, mientras que, para usar las redes sociales, se utiliza más el teléfono móvil.
La reducción del precio de Internet, la promoción de cursos de formación para utilizarlo y el diseño de las páginas web de forma más sencilla e intuitiva son las mejoras más relevantes señaladas por las personas con discapacidad para facilitar el acceso y uso de Internet.
El uso del teléfono móvil
El uso del teléfono móvil entre personas con discapacidad visual, auditiva y de movilidad es «prácticamente universal» en España, aunque no ocurre lo mismo con Internet, «una brecha digital» para este colectivo, que también choca con el «hándicap terrorífico de la administración electrónica».
El núcleo central del estudio se basa en una encuesta realizada a 1.203 personas con discapacidad visual, auditiva y de movilidad, del total de 1.380.000 personas entre 18 y 64 años que conforman este grupo poblacional.
El estudio recoge que las personas con las citadas discapacidades se enfrentan a importantes limitaciones a la hora de utilizar las TIC, sobre todo el ordenador e Internet, pero no el teléfono móvil convencional o el adaptado/idóneo.
Este estudio, que pretende detectar las posibilidades de las TIC para aumentar la autonomía o la integración laboral de estas personas, recoge que el uso del teléfono móvil es prácticamente universal, con un 91,4% de media, mientras que, en Internet, que tiene un potencial muy importante, su uso es muy bajo, con un 32,9% de media.
Según el estudio facilitado, los encuestados perciben como principales problemas que limitan el uso de estas tecnologías su «accesibilidad y asequibilidad».
El ruralismo, el envejecimiento que incide en las discapacidades y que dificulta el aprendizaje de nuevas habilidades tecnológicas y el nivel formativo, y en algunos casos la condición de mujer, son otros de los condicionantes a la hora de acceder y utilizar estas tecnologías por parte de las personas con discapacidad. A estas personas «no les gusta quedarse en casa» trabajando vía teletrabajo, porque lo que «quieren es integrarse».
En el estudio se incide en que la accesibilidad de los dispositivos y de las aplicaciones están consideradas como herramientas y desarrollos imprescindibles para mejorar la calidad de vida y la autonomía personal de las personas con discapacidad.
También se recoge que el precio de los dispositivos idóneos parece ser una barrera, aunque el avance de la tecnología y el previsible abaratamiento de los costes de adquisición tenderán a solucionar este problema.
Es indispensable eliminar la brecha digital que tienen las personas con discapacidad respecto al resto de la ciudadanía
Hoy nuestra gran ventana al exterior es la del sistema operativo que nos abre las puertas a todo lo que podemos obtener con Internet. Hoy las TIC son una realidad muy presente, pero lo seguirán siendo -y cada día más- en el futuro. Es indispensable eliminar la brecha digital que tienen las personas con discapacidad respecto al resto de la ciudadanía, porque ello influirá en todas las facetas de sus vidas. Las TIC pueden ser grandes aliadas para las personas con discapacidad, tal y como recoge el informe de Adecco sobre Discapacidad y Nuevas tecnologías, pero de nada servirá si la brecha digital las hace inaccesibles.
Responsabilidades
Compite a la Administración y a los órganos de Gobierno vinculados al ente social, el programar, fomentar y apoyar el que las personas con discapacidad puedan disponer de medios que les permitan relacionarse, comunicarse, mejorar su autoestima y tener acceso al amplio campo de formación e información que se desliza por las redes sociales. Y para ello hay que destinar partidas presupuestarias concretas.
Hay que tener un gobierno que “gobierne” teniendo presente en sus agendas al colectivo de personas con discapacidades con el claro objetivo de favorecer su inclusión social y formativa, la eliminación de barreras tecnológicas, las actuales brechas digitales, y situarlos al nivel que exigen y la sociedad reclama.